viernes, 26 de septiembre de 2008

SILENCIO DE TI


Ah, el silencio, la fría antorcha que corroe mi existencia
Silencio de pájaros heridos, de hojas secuestradas por el viento
Silencio de corazones dibujando la ciudad a cuentagotas
Silencio de ti, de tu boca pulposa y ardiente como un durazno.

Ah, me enloquece pensar en tus piernas gritando
En las tristes manzanas que son devoradas por el tiempo
Yo quiero y maldigo el silencio gris de las estaciones
Cuando la partida del tren quiebra mi paz y dice tu nombre.

El cielo es una gran linterna donde duermen las luciérnagas
Que prenden y apagan haciendo ruido en la noche mojada
Y yo creo verte cantando y salpicando mi cogito
Para llevarme a la oscuridad donde moran los coliflores.

 Ah, el silencio, esa postal sagrada que se enciende
Cuando lo vacuo e indoloro se escapa de puntillas por el asfalto
Ah, el silencio, trayéndome tus pechos a la boca de mi memoria
Y tocándome los pies como un terremoto en la estratosfera.

Ah, tus nalgas hechas a la perfección por tus padres sedientos
Son como dos camiones chocando de frente en la Antártida
¡Qué estupor! que fabuloso brillo resurge en mi garganta
Cuánto fuego derretido que me regresa y me tumba perplejo.

El cielo es un bello lugar para los que habitan en los faros
Que dan la señal para que no colisionen los barcos y trenes
Esos que pitan en la estación tu olor silvestre y empapado
Y que perturban mi silencio y apagan la antorcha en mis sienes.

Ah, que bello silencio cuando logro arrancarte de entre mis piernas
Silencio de río deshidratado, silencio de frutas lamidas y mordidas
Silencio de besos que atraviesan y apagan la ciudad a escondidas
Silencio de ti, de tu cuerpo sudando en un vagón sin fronteras.

Rodrigo Grion, de la obra MUNDO INVERTIDO.

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