viernes, 26 de septiembre de 2008

GROENLANDIA










Te derrites, encapsulada por el fuego te derrites
Sojuzgada por la ingratitud y el desconcierto vital.
Lejana, enigmática, divisada por Eric El Rojo
Como un punto divino colgando en la eternidad.
Herida, aguardando en silencio tu trastocado decoro
Como metáfora irredimible de nuestro tiempo mortal.

De tus piernas va escapando hacia su laberinto
El iceberg que atraviesa y maldice su crepúsculo.
Gota a gota, segundo a segundo
Acariciándolas escapan las ballenas y sus vuelos difusos.
De ti van desprendiendo secretos milenarios
Atardeceres eternos, nostalgias que flotan, desconcertantes.
Entre ellas discurren siglos y expatriados vendavales.
Por tus muslos glaciares bajan, horadan y sucumben
Pobladores de madera, de piel curtida y sonrisa de bacalao.

Te derrites, isla de leche, te derrites hambrienta, acorralada
Extrañando tu longevo canto y tu mirada grave y desnuda.
Hecha nube, hecha purgatorio, barcaza incendiada
Que naufraga hasta estallar con su último y doloroso viento:
Allí estarán ciertos hombres, ambiciosos con tu nueva fisonomía
Listos para robar tu virginal tesoro, listos para birlarte el oro negro.

En tu cuerpo va desgarrándose la esencia de este mundo
Tus senos milenarios, arrojados al deshielo por la producción.
De tu rostro febril y agrietado van exiliándose las esperanzas
Para sucumbir en la deriva de un nuevo siglo, hostil y sin razón.

Te derrites, encapsulada en las llamas te derrites
Y nunca volverás a ser igual, nunca volverás a parecer eterna.

Rodrigo Grion, de la obra MUNDO INVERTIDO.

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